Si el juego es la acción más importante de la infancia, está claro que
éste debe ser cuidado y protegido. El juego requiere de una mirada y de una
atención especiales. Merece respeto y consideración. Es por eso que necesita un
espacio donde estar contenido y sostenido; protegido y respetado.
¿Cómo respetar el juego? |
En algunas entradas anteriores puse énfasis en la necesidad de
presentar los materiales de forma estética, armónica, bajo un sentido de
equilibrio y belleza. Pero igual que la presentación importa, los contenedores
que acogen los diferentes materiales que forman parte de las provocaciones,
toman un papel muy importante.
Los contenedores son recipientes que generan un marco de acción
contenido y con límites aseguradores. Pueden ser de muchos tipos: alfombras,
bandejas, cajas… Tienen una doble función: por un lado generan un espacio
físico donde jugar; y por otra ayudan a apreciar y dar calidad al juego (no es
lo mismo un material presentado en el suelo que dentro de una caja de
juego).
Montessori ya hablaba de estos contenedores como forma de respeto
hacia los materiales y hacia las acciones de los niños; por eso utilizaba
alfombras para actuar en el suelo y bandejas donde “servir los materiales”.
Estas alfombras, bandejas, cajas, cubos… generan un marco de acción
delimitado y protegido, que explica dónde empieza y acaba la acción. Es como
una hoja de papel sobre la que queremos expresarnos, pero en vez de actuar en
dos dimensiones, lo hacemos en tres. Así, se podría decir que los contenedores
del juego son una especie de papel en blanco dispuesto a acoger cuerpo y mente,
actuando con todos los sentidos con unos límites aseguradores marcados. Estos
límites vienen determinados por el propio espacio que permite el contenedor; y
son aseguradores porque dan seguridad al niño/a, a su juego y a sus acciones y
pensamientos. Los límites del espacio ayudan al niño/a (y también a los
adultos) a encontrarse a si mismo/a y a sentir la necesidad de situarse. Es
curioso observar como cuando los elementos de juego están dentro de una caja se
genera un ambiente muy diferente y mucho más calmado que cuando se presentan en
el suelo; lo que puede dar lugar a interpretar que está tirado, que no se le da
el mismo valor.
Plataforma en un espacio de construcciones en la escuela La Filastrocca de Pistoia. |
Un castillo presentado sobre un contenedor, en este caso una plataforma, en la escuela La Filastrocca de Pistoia. |
Son muchos los aspectos que favorecen los contenedores del juego; como
más destacados podría decir que:
- Focalizan la atención en la acción en sí, ya que ésta está contenida. La dispersión y la transgresión de los límites es una opción pero no vienen dadas.
- Calman y relajan el juego.
- Generan respeto: los materiales se presentan sobre o dentro de una superficie, no en el suelo. Esto crea una alerta de acción para que no hayan accidentes (pisadas, por ejemplo). Es mágico observar que cuando los materiales se presentan con respeto, los niños/as corresponden.
- Dan paso al orden y a la organización.
De todos los contenedores que podemos poner al servicio del juego, hay
uno que me gusta especialmente. Desde Joguines Grapat hacen la propuesta de una
caja de juego. Un cajón hecho en madera de haya, de una calidad exquisita que se
puede encontrar en la tienda de juguetes online Jugar i Jugar. Podría parecer
que este elemento sirve para guardar materiales o juguetes. Pero con una mirada
más profunda al juego de los niños nos adentramos en un mundo de contención,
respeto e imaginación.
© Alex Brosa / Joguines Grapat |
© Alex Brosa / Joguines Grapat |
Me gusta por su simplicidad, un valor que tengo
muy en cuenta a la hora de ofrecer materiales a los niños; y también me gusta
por su funcionalidad. Se trata de una caja, ¿y qué se puede hacer con una caja?
Meter cosas dentro, meterse uno mismo, crear un espacio de exploración
sensorial, guardar elementos… Es una caja de experimentación perfecta, llena de
arena, harina de maíz, galleta o mandarina, arroz, arena kinética…
© Alex Brosa / Joguines Grapat |
Con los más pequeños se puede llegar a convertir
incluso en un cajón de gateo donde jugar a entrar y salir.
© Alex Brosa / Joguines Grapat |
Pero si la giramos, también obtenemos una plataforma donde crear
nuestros Mini Mundos de juego. Otro contenedor que ofrece altura y ensalza el
juego. Obviamente también se puede utilizar como organizador para guardar
materiales y elementos de juego. Así que tenemos tres en uno: contenedor,
organizador y plataforma.
© Alex Brosa / Joguines Grapat |
Otro detalle que me encanta es el fondo, donde hay unas imágenes que evocan los cuatro elementos naturales:
tierra, agua, aire y fuego. Estos elementos que forman parte de nosotros como
especie, que nos conectan y que provocan algún tipo de juego. Las alegorías a
estos elementos pueden servir como escenario de juego; como invitación a una
clasificación y como otras muchas acciones con las que los niños y niñas nos
sorprenden día a día. Todo aquello relacionado con el mundo natural capta su
atención, para el tiempo y les recuerda quiénes somos.
© Alex Brosa / Joguines Grapat |
Un material muy cuidado, pensado especialmente para el respeto del juego.
Así pues, un paso para respetar el juego infantil es ofrecer contenedores; elementos que ayudan a delimitar y asegurar las acciones, los materiales y en uno mismo. Un elemento simple, pero determinante para la calidad y la belleza del juego.
Así pues, un paso para respetar el juego infantil es ofrecer contenedores; elementos que ayudan a delimitar y asegurar las acciones, los materiales y en uno mismo. Un elemento simple, pero determinante para la calidad y la belleza del juego.
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